“Se cuenta que el General George Patton, héroe de la segunda guerra mundial, decía a sus soldados: -Hay una cosa que quiero que recuerden, no quiero recibir mensajes que digan que nos estamos manteniendo en la misma posición; nosotros avanzamos constantemente.”

¡YO HAGO LAS COSAS A MI PROPIO RITMO! La frase anterior es una afirmación que desafortunadamente expresamos en forma, más o menos frecuente, como un mecanismo de defensa para justificar el hábito que yo califico como negativo, de la postergación, en el que nos vemos inmersos cuando dejamos “para después” alguna tarea que no deseamos llevar a cabo, o que nos resulta incómoda. Sin embargo al hacer esta afirmación, en realidad lo que estamos haciendo es justificarnos a nosotros mismos, y al repetirla, ya sea a través de palabras o solo por medio de nuestro pensamiento, la estamos “tatuando” a nuestro subconsciente, y la respuesta de éste es la inacción, la paralización o, en el mejor de los casos, el continuar “a nuestro propio ritmo”, es decir, en la misma inercia que hemos predeterminado.

¡NO ES MI MOMENTO TODAVÍA! Esta es otra afirmación que realizamos cuando sentimos que el hoy no es el idóneo para iniciar, emprender o continuar algún proyecto que traemos en la cabeza, cuál licuadora en funcionamiento, dándole vueltas y vueltas y vueltas, y ocupamos nuestra energía en encontrar razones para no iniciar o continuar esa “gran idea” que se nos ocurrió, pero ¡NO ES EL MOMENTO!, de ponerla en práctica; porque “¡NO HE MADURADO BIEN LA IDEA!”, “¡NO ESTÁN LAS CONDICIONES DADAS!”, y muchas otras justificaciones que nos esforzamos en buscar, con tal  de no movernos o, en su caso, continuar al mismo ritmo que ya traemos establecido.   En resumen, NO NOS ESFORZAMOS MÁS, DE LO QUE YA DE POR SI, DECIMOS ESTAR ESFORZÁNDONOS; o sea, privilegiamos la INERCIA que hemos establecido para nosotros mismos.

“Si colocas a una serie de orugas formadas en fila, una detrás de la otra, ellas formarán un círculo y cada oruga se limitará a seguir a la de adelante, caminando indefinidamente alrededor del círculo.  Si colocas alimento en el centro del círculo, las orugas seguirán caminando una detrás de la otra, sin que ninguna de ellas, se salga de la formación para ir en busca del alimento.”

Og Mandino

¿Crees que la orugas siguen una inercia?, ¡claro que sí!, ya que se limitan a seguir y copiar a la oruga al frente de ellas, y ninguna se atreve a romper esa inercia, todas continúan en la misma dirección, a la misma velocidad, en el mismo sentido.  ¿En cuántas facetas de nuestra vida seguimos inercias como la señalada?”

¡MIENTRAS CONTINÚES HACIENDO LAS COSAS IGUAL, SEGUIRÁS OBTENIÉNDO LOS MISMOS RESULTADOS! Estoy seguro que esta afirmación las has escuchado aquí mismo, en tu club de Optimismo, y los facilitadores te motivamos a que realices las cosas en forma diferente, para que obtengas resultados diferentes; sin embargo, ¿cuántos de nosotros transmitimos esta afirmación y continuamos en la misma INERCIA?; es decir, haciendo lo mismo de siempre porque así me ha dado resultado; ¡claro que ha dado resultado!, pero ¿éste será el idóneo, o solo es el resultado de nuestra propia INERCIA?, a la cuál, por cierto, es muy fácil acostumbrarnos.

Como podemos apreciar, hasta este momento nos hemos referido a tres términos que, analizados con cuidado, nos dan como resultado el cómo estamos afrontando nuestra vida, y si vamos un poco o un mucho más al detalle, el cómo vivimos nuestro día a día; ¿cuáles son estos tres términos?:  INERCIA + JUSTIFICACIÓN = MISMO RESULTADO.  ¿Y qué pasará si a la JUSTIFICACIÓN, la sustituimos por ACCIÓN?: INERCIA  + ACCIÓN DISTINTA = RESULTADO DIFERENTE.

Más hace el que quiere y no puede, que el puede y no quiere

Anónimo

Hace dos semanas compartimos el tema: “Haz que tu vida fluya”, en la que analizamos y reflexionamos sobre los obstáculos que debemos sortear en nuestro diario caminar, y que a pesar de los mismos, tenemos el potencial para que nuestra vida siga en movimiento, y aquí es en dónde debemos evaluar si ese movimiento que nos hemos marcado, es el adecuado o no, si estamos haciendo lo necesario en tiempo y forma para conseguir nuestros objetivos o vamos a un mismo paso, pero eso sí “seguro”, lo que nos hace caer en la INERCIA, siendo ésta, otro obstáculo y que generalmente no lo identificamos como tal, pero que su poder es tan fuerte que nos puede hacer permanecer quietos o moviéndonos pero a una velocidad de casi cero, situación que corremos el riesgo de habituarnos, sin siquiera darnos cuenta que no estamos avanzando lo suficientemente rápido y nos vamos  quedando a la zaga, mientras el mundo y las demás personas caminan a un ritmo más acelerado que el nuestro.

La INERCIA es el mantener un ritmo, velocidad, equilibrio, orden, cadencia, marcha o paso en cualquier actividad que se emprenda; es decir, es el mantener nuestro movimiento en pos de algo, a la misma velocidad, no incrementando ni disminuyendo el paso al que estamos haciendo las cosas, es mantenernos firmes en el ritmo que imprimimos a una acción. Sin embargo la INERCIA también se manifiesta cuando estamos instalados en el NO MOVIMIENTO, en el: “¡PARA QUÉ LO HAGO, SI DE TODAS FORMAS NO LO LOGRARÉ!”; es decir, cuando estamos en la inacción, en la pereza, en la desidia, en la incapacidad para HACER.

«Por más de 20 años, un guardia permaneció en las escalerillas que conducen al interior de la Cámara de los Comunes en Inglaterra.  Cuando alguien preguntó sobre su justificación, se encontró que cuando el abuelo de este guardia, fue responsabilizado de indicar que las escaleras estaban recién pintadas a la gente que accedía al edificio, después que la pintura se secó, nadie dijo nada y allí se quedó el guardia, posición que heredó a su hijo y a su nieto.”

John Maxwel

De acuerdo con Sir Isaac Newton, para la física, la INERCIA es la capacidad que tienen los objetos de resistir cambios de movimientos.  En otras palabras, es cuando todo cuerpo en movimiento conserva su misma cantidad de movimiento, o cuando todo cuerpo en reposo, permanece en reposo, a menos que se aplique una fuerza externa; es decir: si la FUERZA es la capacidad de mover, la INERCIA es la capacidad de quedarse quieto o en equilibrio.  (www.etimologiasdechile.com)

Tú podrás cuestionarme y con toda razón, que entonces la INERCIA corresponde a una ley de la física, y en ello no te equivocas, sin embargo, ¿qué pasa con nosotros, las personas?; actuamos bajo la misma lógica de Sir Newton, permanecemos a NUESTRO PROPIO RITMO en muchas de nuestras actuaciones y acciones y no somos conscientes del momento en que por iniciativa propia, es necesario acelerar o, en su caso, disminuir la velocidad o el ritmo en determinadas circunstancias de nuestro día a día.

En mi opinión, la definición de INERCIA, puede sintetizarse en: “SEGUIR HACIENDO LO MISMO, ESPERANDO UN RESULTADO DIFERENTE”, es decir, estamos inmersos en lo que yo llamaría “EL EFECTO VALIUM”, en el que a pesar de estar en movimiento, esperamos que nuestra situación actual mejore, pero sólo a través de la velocidad y energía que nos brinda la corriente del agua, es decir, vamos moviéndonos sí, pero al garete, en la velocidad que la propia vida u otros nos marcan, sin revisar(nos) para saber si vamos con la velocidad adecuada para los fines que nos hayamos propuesto; y aquí resulta oportuno aclarar que al hablar de velocidad, no estoy sugiriendo que ésta siempre tenga que acelerarse, no, ya que hay momentos en que debemos desacelerar algunas acciones; por ejemplo:

¿Qué velocidad tienes para enojarte?, ¿con qué rapidez contestas un agravio?  Estamos a mediados de febrero, ¿cuál es la velocidad que estás imprimiendo en la consecución de los propósitos que tú mism@ decretaste y te prometiste el 31 de diciembre recién pasado?, ¿eres de los que les gusta la frase: “PIAN, PIANITO”?, es decir, hacer las cosas despacio, lentamente, suavemente, pausadamente, poco a poco.  ¿Sabías que la etimología de PIANO es: “suave”?, ¿será por esta razón que utilizamos el “PIAN, PIANITO” o dicho de otra forma: “SUA, SUAAAAAVEMENTE”, o “POCO, POCO a POQUITO”, ya que aquí precisamente es en dónde corremos el riesgo de caer en la INERCIA, es decir, el continuar en forma permanente con dicha celeridad o lentitud según sea el caso, y nos acostumbramos tanto a este ritmo, que éste se proyecta en toda nuestra personalidad, volviéndose un hábito acompañado de las frases que hacemos nuestro himno de batalla: “YO HAGO LAS COSAS A MI PROPIO RITMO”, “NO ES MI MOMENTO TODAVÍA”, “PIAN, PIANITO”, “POCO A POQUITO” o de plano “DE POQUITO EN POQUITO, SE LLENA EL JARRITO”, y muchas otras que venimos pensando y repitiendo para justificar(nos) en nuestra INERCIA, es decir, en nuestro “PASO” en cada una de nuestra acciones.

Creo que es el momento adecuado para responder(nos) algunas preguntas:

  • ¿Crees que el destino va a diseñar tu futuro?
  • ¿Estás en el vaivén de la vida?
  • ¿Crees que todo sucede “por algo”?
  • ¿Crees en la buena suerte?
  • ¿Eres partidario de las expectativas?

Si contestaste que sí, al menos a alguna de ellas, siento decirte que te encuentras en INERCIA, es decir, estás y seguirás estando en espera que “algo” haga por ti.

  • ¿Te encuentras estancado en la rutina?
  • ¿Te encuentras en un círculo vicioso?
  • ¿No sales del hoyo en que te encuentras?

Si respondiste que SÍ, al menos a alguna de ellas, perdón, pero te encuentras en estado de INERCIA, es decir, estás paralizado aunque camines, tal vez sólo estés dando vueltas y vueltas en círculo y no te atreves a salir de él (¿recuerdas el ejemplo de las orugas?).

  • ¿Reciclas cada año tus propósitos?
  • ¿Nunca revisas tus hábitos?
  • ¿Haces planes y no concretas?

Si dijiste que SI, al menos a una de ellas, discúlpame por ser reiterativo, pero estás en tu zona de desidia, de INERCIA, es decir, eres un soñador, pero no el actor de tu vida.

  • ¿Esperas que otr@ te haga feliz?
  • ¿Estás en búsqueda de la felicidad?

Si dijiste que SI, al menos a una de ellas, debes enterarte que estás en posición pasiva, de INERCIA, ya que la felicidad no se busca, SE CONSTRUYE.

Es muy conocida la reflexión llamada: “¿Participas o te Implicas?”, y en este punto aplica como un excelente ejemplo, veamos:

En unos riquísimos huevos con chorizo, la gallina PARTICIPA y el cerdo se IMPLICA, ya que la gallina pone los huevos, ¡SI!, ¿y el cerdo?, ¡pone la vida!

La INERCIA significa PARTICIPAR, y tal vez tú te encuentras activo, moviéndote, en acción, y todo ello es digno de reconocerse y de aplaudirse, pero, ¿estarás en la dirección correcta?, ¿con el dinamismo adecuado?, ¿qué pasaría si continúas a tu mismo ritmo y cuando llegues ya es demasiado tarde, y otros llegaron antes que tú?, ¿será cuestión del destino o del dinamismo que imprimiste a tu acción?

¿Qué tipo de persona crees ser?:

Activa = con dinamismo, actividad, enfoque, dispuesta a asumir riesgos, a diversificar, a ser diferente a los demás. Por lo general, cuentan con un mecanismo de autoarranque diario, es decir, una motivación, un porqué levantarse, caminar y acelerar en el momento oportuno, y las más de las veces, este mecanismo de autoarranque, es tan solo UN DESEO.

Reactiva = a la defensiva, con la queja a flor de piel y de labios buscador de culpables, sin movimiento “por culpa de los demás”, inconforme pero sin acción, pian – pianito, todo a su debido tiempo. En general, si tienen DESEOS, pero siempre les encuentran un “pero”, y en lugar de visualizar sus beneficios, solo se imaginan la dificultad para llevarlos a cabo, para hacerlos realidad.

Inactiva  = sin movimiento o con poca movilidad, “no sea que me canse”, esperando que otros hagan, sin rumbo, sin dirección, sin un plan definido, simple y sencillamente siguiendo la corriente y entre menos haga, mejor. Estas personas tienen sus DESEOS “dormidos”, ya que son amantes del hábito de posponer, dejándolo “para después”, al fin y después de todo “lo que sobra es tiempo”.

Genera el cambio

Te sugiero una herramienta muy eficaz y efectiva llamada: “CAMBIA TU FORMA DE CAMBIAR”, (Dave Ulrich), que abarca seis pasos para transformar nuestros pensamientos, acciones, actitudes y la forma en que afrontamos nuestro día a día:

Centrarse = Define qué es lo que quieres modificar, tal vez tu dirección, tu rapidez, tu prontitud, tu velocidad, tu dinamismo.

Explorar = Analiza las opciones que tienes para alcanzar lo que ya definiste, las alternativas que eres capaz de crear, de buscar y de elegir.

Reflexionar = ¿lo que pretendo es bueno para mi y para los demás?, en caso negativo, regresar al punto anterior (Explorar) y buscar otra alternativa.

Toma de Decisión = Decídete, anímate, resuélvete, ya vas a la mitad del camino.

Actúa = ¡SOLO HAZLO!, camina, corre si es necesario, baja la velocidad cuando creas que es el momento, no te mantengas en el mismo ritmo, varía, modifica, salte del camino original, explora nuevos, ¡implícate!, ¡muévete!

Aprende = De cada paso que des, aprende, comprende y valora lo que ya hiciste, es esfuerzo tuyo, creaste un nuevo talento en ti, felicítate.

“Como no sabían que era imposible lo hicieron”

 

Anónimo

Transforma la Inercia en una vida dinámica, en la que seas tú quien tome el acelerador y el freno de tus pensamientos, palabras y acciones, y actívalos de acuerdo a las exigencias que tú mismo te impongas para el cumplimiento de tus objetivos, no te permitas ir al mismo paso siempre, no te permitas detenerte y hacer de la inactividad un estilo de vida, al contrario, acelera en tus sueños más preciados y sólo haz alto cuando esté en juego tu integridad o la de tus seres queridos, de ahí en fuera, ¡MUÉVETE!, la vida es para vivirla intensamente, VÍVELA CAMINANDO, ACELERANDO, CORRIENDO, FRENANDO, DESCANSANDO Y ACTIVÁNDOTE NUEVAMENTE, SIEMPRE MANTENTE EN MOVIMIENTO.

 

BIBLIOGRAFÍA:

  • “KALEIDOSCOPIO # 137 – “EL MECANISMO DE AUTOARRANQUE DIARIO”, ÁLVARO PATRICIO PÉREZ & G.
  • LA QUE SE MARCA EN EL DESARROLLO DEL TEMA.
  • “EL PEQUEÑO LAROUSSE ILUSTRADO (2005)
  • DICCIONARIO DE SINÓNIMOS Y ANTÓNIMOS LAROUSSE.