FINALIDAD DEL TEMA:
Que el asistente al Club, reconozca a los tres enemigos del perdón, para que conscientemente se libere de ellos y pueda crear nuevas experiencias de vida a través de un perdón liberador.
“Perdono, perdona, perdonemos, perdonar… perdón”
Estas palabras las hemos escuchado o dicho infinidad de veces y hasta intentamos que otros las pongan en práctica o queremos hacerlo nosotros mismos, sin embargo, ¿por qué en muchas ocasiones cuesta tanto PERDONAR? Aun cuando nos dicen que: “Perdonar, es poner a un prisionero en libertad, y ese prisionero es uno mismo” o “Que el perdón es básico para disfrutar realmente de la vida…”
¿Entonces, por qué no siempre es tan fácil perdonar?
Por una simple razón, nos perdemos o nos enredamos con los enemigos del perdón: “La culpa, la rabia y el rencor” creando un sentimiento de aborrecimiento hacia la(s) persona(s) que nos hirió. Recuerda que perdonar es recordar sin rabia, sin rencor, sin culpas, sin dolor
¿Qué o quién es, un enemigo? Según el diccionario un enemigo es:
- Una persona o grupo de personas contra el que se lucha en una guerra o conflicto.
- Cosa que se opone o es contraria a otra o a una persona, y puede hacerle daño.
Recuerda que no hay enemigo pequeño, por eso, en la medida que vayas sintiendo que estos enemigos del perdón te invaden, elimínalos o contrarréstalos.
La mayoría de las veces pueden empezar a generarse estos enemigos con la culpa, es decir, echamos la culpa de lo sucedido a la persona que nos lastimó. Es un sentimiento que vamos desarrollando por ofensas imaginarias o reales. El mensaje que se transmite a quien culpamos es: «Hiciste algo malo». Esta emoción provoca ansiedad y lastima a uno mismo. Cuando se siente esto, consciente o inconscientemente, se busca un castigo para quien nos hirió, afectando nuestra salud emocional y física, aferrándonos a decir: El culpable es el otro.
La culpa en la mayoría de las veces no nos deja ver la realidad, engañándonos y dejamos de ver la verdadera situación, poniendo excusas o culpando a causas externas o a otras personas.
Sin embargo, no siempre echamos la culpa a los demás, en muchas ocasiones uno mismo se siente culpable por lo sucedido y genera una Autocondena y esto a su vez, da como resultado el Autocastigo, provocándose fracasos en los diferentes ámbitos de la vida como son el trabajo, pareja, familia, con los amigos, etc.
Ten bien presente que la culpa nos ancla al pasado y nos hace crear fantasmas o historias mentales que nos hieren más que los hechos en sí mismos, y es cuando empezamos a engendrar a los otros dos enemigos del perdón la rabia y el rencor…
Antes de continuar, te comento que en este tema tan sólo te damos una de las muchas maneras de cómo se pueden generar estos enemigos del perdón y el orden puede variar, sin embargo, el resultado es el mismo: “Sufrimiento para quien se niega a perdonar y salir de esa prisión.”
Una de las formas para no dejarnos dominar interiormente por estos enemigos, que son contrarios al perdón y se oponen a éste, es no aceptándolos en nuestra vida.
Un profesor comprometido y estricto. Conocido por sus alumnos como un hombre justo y comprensivo. Al terminar la clase de fin de año y mientras organizaba unos documentos en su escritorio, se le acercó un alumno y en forma desafiante le dijo:
– Profesor, lo que me alegra de haber terminado las clases, es que no tendré que escuchar más sus tonterías y podré descansar de ver su aburrida cara.
El alumno erguido, con semblante arrogante, esperó que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado, pero el profesor lo miró por un instante y tranquilamente le preguntó:
-¿Cuándo alguien te ofrece algo que no quieres, lo recibes?
El alumno quedó desconcertado por la calidez de la sorpresiva pregunta y dijo en tono despectivo: – Por supuesto que no.
-Cuando alguien intenta ofenderme o me dice algo desagradable, me está ofreciendo «algo». En tu caso, es una emoción de rabia y rencor, que puedo decidir no aceptar.
– No entiendo a qué se refiere. -dijo el alumno confundido.
-Es sencillo. Tú me estás ofreciendo rabia y desprecio y si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estaré aceptando tu regalo. Y yo, mi amigo, prefiero obsequiarme serenidad. La vida nos da la libertad de amargarnos o de ser felices. Tu rabia pasará, pero no trates de dejarla conmigo, porque no me interesa. No puedo controlar lo que llevas en tu corazón, pero de mí depende lo que hay en el mío. Lo que elijas poner dentro de ti, lo llevarás hasta que decidas cambiarlo. Es tan grande esta libertad, que tenemos la opción de amargarnos o ser felices»
¿Realmente deseas vivir con rabia y rencor?
¿Crees que vale la pena tener una existencia vacía,
limitada y con agobio mental y físico por aferrarte al rencor?
Casi estoy segura que la mayoría responderíamos: “No”. Sin embargo, la mayoría de nosotros no le abrimos la puerta al perdón como opción factible, o peor aún, hay quienes durante toda su vida se han negado perdonar a otros y a sí mismos. Pero como la vida nos da lo oportunidad de elegir, la buena noticia es que PODEMOS APRENDER A PERDONAR y liberarnos definitivamente de muchos sufrimientos.
Ahora, debido a la rabia y el rencor, el perdón se llega a convertir en un gran desafío y parece casi imposible lograrlo, y estas dos emociones, llegan a ser tan fuertes que desgastan nuestra energía de muchas maneras y al perdonar nos liberamos de estos efectos debilitadores.
¿Te has puesto a pensar qué hay detrás tu rabia… Ahí se esconde la impotencia, el miedo, la inseguridad o la tristeza?
¿Acaso la rabia que hay en tu interior es porque te sientes herido o abandonado?
¿Es producto de la desilusión ante expectativas insatisfechas?
Según el diccionario, la rabia es un enfado grande y violento, generalmente producido por un hecho que ocurre de forma distinta a como se esperaba. Sentimiento de antipatía hacia alguien.
La rabia es una emoción intensa que aparece cuando la persona se siente amenazada u ofendida debido a un agravio, y puede manifestarse de manera abierta, o puede ocultarse y al ser persistente se forma un resentimiento crónico, creándose un círculo vicioso, haciendo que este resentimiento perdure mucho tiempo después de que haya pasado la situación que provocó la rabia.
Cuando permitimos que la rabia inunde nuestro interior, nos ensordecemos y dejamos de escuchar, limitando a nuestros sentimientos más profundos, pero una manera de quitarle fuerza a la rabia es preguntándonos: ¿Vale la pena estar molesto(a)? ¿Qué beneficio me da tener este sentimiento? Alguna vez leí que la rabia es como tener una brasa encendida con la intención de lanzársela a otro para lastimarlo, aunque uno se queme la mano al intentar dañar a ese otro “culpable”.
“Si usted puede ser paciente en un momento que siente rabia, escapará años de tristeza.”
¿Cuál es el antídoto para evitar quemarte? El perdón. Éste te sana y te devuelve la esperanza, te da una tranquilidad que te hace percibir al mundo de manera diferente. Pero si persistimos vivir con rabia y rencor, seguiremos viviendo en una cárcel y nos seguiremos engañando, creyendo que la persona por la cual sentimos esto, es quien está en prisión:
Un hombre que había sido encarcelado, a través de un ventanuco enrejado que había en su celda gustaba de mirar al exterior. Todos los días se asomaba al ventanuco y cada vez que veía pasar a alguien al otro lado estallaba en sonoras e irrefrenables carcajadas.
El guardián estaba realmente sorprendido. Un día ya no pudo más y le preguntó al preso: -Oye, ¿a qué vienen esas risotadas día tras día?
Y el preso contestó:
-¿Cómo, que de qué me río? ¡Pero estás ciego! Me río de todos esos que están ahí. ¿No ves que están presos detrás de estas rejas?
Cada vez que vuelves a sentir esa rabia, haces que crezca el rencor y la culpa, haciendo más y más grande el resentimiento. La palabra resentimiento viene de resentir, es decir, sientes el dolor del pasado una y otra vez, y esto como ya te lo dije, te debilita más y más… ¡Ya libérate, suelta ese dolor!
Y por si acaso no te has convencido de que el perdón es el mejor antídoto para ser feliz y libre, te voy a mencionar lo que dicen algunos psicólogos sobre el rencor: “El rencor no viene solo, lo acompañan la amargura, el enojo, la ira, la denigración, la malicia, etc.
Empieza hoy a vaciar tu vida del rencor, la rabia y la culpa -ya sea propia o hacia otros- y de esta manera, dejarás de torturarte mental y físicamente, llenándote de esperanza y bienestar. Par que tú te sientas bien.
Una vez más te repito que perdonar es la clave, es la cura que te alivia de los enemigos del perdón, y podrás disfrutar realmente de su vida.
GENERA EL CAMBIO
- Para liberarte de la culpa, la rabia y el rencor, primero acepta que tienes esos sentimientos que te lastiman y te será más fácil manejarlos y encaminarte hacia al perdón. Si no sabes qué tienes, no sabrás qué hay que eliminar de tu vida.
Línea de pensamiento repetir tres veces:
“Estoy creando nuevos pensamientos y sentimientos positivos que me ayudan a perdonar y ser feliz”
- Ahora que ya sabes cuáles son los sentimientos que atan al sufrimiento, hazte nuevamente las preguntas:
¿Qué hay detrás de esta rabia?
¿La culpa, la rabia y el rencor que hay en mi interior es porque me siento herido o abandonado?
¿Estos sentimientos son producto de la desilusión ante expectativas insatisfechas?
- Suelta el pasado, si tú así lo decides, éste no puede seguir dañándote. Deja el pasado atrás, no vale la pena cargar con el resentimiento porque nada positivo trae. ¿Cómo dejo atrás el pasado? Empieza a concentrarte en tu presente, disfrutando lo que tienes y crea nuevos sueños, metas y objetivos, sintiendo emoción por ellos. y cada vez que regrese a tu mente el rencor, piensa en todo lo bello que tienes. Enfócate en todo lo que puedes lograr a partir de hoy.
- Mantente ocupado(a) para que no dejes entrar pensamientos negativos a tu vida, y si llegarás a sentir que los enemigos del perdón te agobian, haz ejercicio, muévete de tal manera que puedas liberar esa energía que te molesta.
- Trata de no exagerar las cosas, no te tomes todo personal, o creas que la gente está buscando ofenderte. Analiza detenidamente la ofensa, quizás la persona que lo hizo no tuvo la intención de hacerlo.
Tú puedes abrir las puertas del amor, genera amor para tu vida y tu entorno, empieza a reír, date esa gran oportunidad y transforma tu existencia… SÍ PUEDES.